En el ámbito infantil, hablamos de que hay buen trato cuando los adultos acompañamos al niño en las diferentes etapas de su desarrollo respetando su ritmo. Un poquito más adelante veremos en qué consiste este ritmo. Este buen trato se basa en un conjunto de comportamientos, palabras y gestos dirigidos al niño y que aseguran el desarrollo de sus máximas potencialidades, de sus habilidades intelectuales, físicas y morales.
El buen trato infantil es un trabajo diario, de cada día. Digamos que tratar bien, a modo general, es escuchar, estar atento, valorar, observar, comprender, acompañar, hablar.
No sé si escucharon hablar de la “dulce violencia” o “violencia invisible”. Es la violencia mental y consiste en actos breves y frecuentes, que el adulto considera inocuos, inofensivos, que no hacen daño, pero que ponen al niño en una inseguridad emocional en diferentes momentos del día, momentos breves, cortos pero repetidos. Este tipo de violencia se encuentra en las prácticas parentales, es decir, con los padres, pero también en los profesionales. Y llamamos “profesionales” a los espacios fuera de casa, por decirlo así, como la escuela, el asistente, la cuidadora o niñera, el personal de la cafetería o tiendita, etc.
En el episodio nº 10 de mi podcast "Un espacio para compartir" vas a encontrar todo lo que investigué acerca del buen trato infantil.
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